
La Liga MX vuelve a ser noticia no solo por lo deportivo, sino por los graves episodios de violencia que se han presentado en los últimos días. Lo que debería ser una fiesta del fútbol se ha visto empañado por enfrentamientos dentro y fuera de los estadios, provocando alarma entre aficionados, autoridades y clubes.
Los casos más recientes ocurrieron en partidos de Chivas vs Juárez, en las inmediaciones del estadio de Puebla, y en el recinto de Tigres, lo que deja claro que el problema de la violencia en el balompié mexicano está lejos de resolverse.
Chivas vs Juárez: violencia en la tribuna
Durante el duelo entre Guadalajara y Juárez, lo futbolístico quedó en segundo plano cuando se registraron enfrentamientos entre aficionados en las gradas. Videos difundidos en redes sociales mostraron golpes, empujones y un ambiente de tensión que obligó a la intervención de los cuerpos de seguridad.
Este tipo de situaciones manchan la imagen de uno de los equipos más populares del país, ya que el estadio Akron busca consolidarse como un espacio familiar. Sin embargo, la violencia desatada en este encuentro volvió a despertar críticas hacia la falta de control en las barras y el ingreso de personas que buscan el enfrentamiento más que el espectáculo.

Balacera afuera del estadio de Puebla
Lo ocurrido en Puebla fue todavía más preocupante. A las afueras del estadio Cuauhtémoc, en pleno día de partido, se registró una balacera que causó pánico entre los asistentes. Aunque el incidente no ocurrió dentro del inmueble, generó un ambiente de miedo y desconcierto para quienes acudieron a disfrutar del juego.
Este hecho refleja que la violencia relacionada al fútbol mexicano no se limita a los estadios, sino también a sus alrededores, donde se congregan familias y comerciantes. La magnitud del suceso encendió la alerta sobre la seguridad en zonas colindantes, donde muchas veces los operativos son insuficientes.
Agresiones en el estadio de Tigres
En Monterrey, durante un partido de Tigres como local, también se reportaron agresiones en las tribunas. Aficionados protagonizaron riñas que rápidamente se extendieron, obligando a que elementos de seguridad intentaran contener la situación.
Aunque no pasó a mayores como en otros casos, el hecho no deja de ser grave, pues los disturbios ocurrieron dentro de uno de los estadios considerados más seguros del país. Esto demuestra que el problema de la violencia no distingue plazas ni niveles de infraestructura.
Un reflejo de un problema mayor
Estos tres sucesos recientes se suman a la lista de incidentes que han golpeado al fútbol mexicano en los últimos años. Desde el recordado caso de Querétaro en 2022, hasta lo ocurrido ahora en Guadalajara, Puebla y Monterrey, la violencia sigue marcando la agenda de la Liga MX.
Los compromisos adquiridos por las autoridades del fútbol tras los episodios pasados parecieran insuficientes frente a los nuevos acontecimientos. Esto genera desconfianza entre los aficionados, quienes cada vez dudan más en asistir a los estadios con sus familias.
¿Quién debe actuar?
La solución al problema requiere una responsabilidad compartida:
- Los clubes, al reforzar filtros de seguridad y vigilar la actuación de sus grupos de animación.
- Las autoridades, al garantizar operativos eficaces dentro y fuera de los estadios.
- La afición, que debe asumir que el fútbol es pasión y espectáculo, no un campo de batalla.
Reflexión final
La violencia en la Liga MX no solo afecta a la imagen del torneo, sino que pone en riesgo la integridad de los aficionados y la continuidad del espectáculo como una experiencia familiar. Lo ocurrido en los partidos de Chivas vs Juárez, la balacera en Puebla y las agresiones en Tigres son claros ejemplos de que la situación debe atenderse con urgencia.
Si no se toman medidas más severas y efectivas, el fútbol mexicano seguirá perdiendo terreno frente al miedo y la desconfianza. El balón debe ser el protagonista, pero para ello, la seguridad debe ser prioridad absoluta.








