
En el escenario político colombiano se abrió un espacio que nadie esperaba: Miguel Uribe Londoño, padre del recientemente asesinado senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, anunció oficialmente su precandidatura por el partido Centro Democrático. Así, toma las riendas del legado político de su hijo y se convierte en uno de los aspirantes más emotivos de la contienda electoral de 2026.
Un paso con peso simbólico
Su decisión no es improvisada. Nueve días después del trágico fallecimiento de su hijo —quien falleció tras permanecer hospitalizado por un atentado político en Bogotá— Uribe Londoño se inscribió como precandidato para representar el espíritu de continuidad y de justicia que su familia viene simbolizando. La familia, de hecho, respaldó unánimemente esta decisión, lo que expresó un fuerte mensaje de unidad frente al dolor.
Un perfil político con historia y experiencia
Miguel Uribe Londoño no llega como desconocido. Economista, abogado y con recorrido político desde finales de los años ochenta, fue concejal de Bogotá, senador y ocupó cargos relevantes como secretario económico de la Presidencia y dirigente dentro de la Federación Nacional de Cacaoteros. También fue uno de los fundadores del Centro Democrático en 2013 y tuvo roles de liderazgo dentro del partido.Después de su retiro político, decidió regresar para asumir el legado de su hijo y encarnar una nueva esperanza para muchos.
¿Qué propone? Un mensaje de unidad, memoria y seguridad
Desde su lanzamiento como precandidato, Uribe Londoño ha enfocado su discurso en cimentar una «unidad nacional” frente a una profunda crisis de seguridad. Su campaña, bajo el eslogan «Todos por Colombia», pretende rescatar las banderas de seguridad democrática, protección a las familias, apoyo al sector empresarial y reconstrucción social. En múltiples intervenciones, afirmó que actúa “desde la herida más profunda que un padre puede tener” y que honra la memoria de su hijo con convicción y sin miedo.
Contexto político y social
El momento es crítico. Colombia enfrenta una ola de violencia creciente, con ataques persistentes de disidencias y grupos armados, lo que ha incrementado la percepción de inseguridad entre la ciudadanía. Además, la polarización entre izquierda y derecha ha dificultado que surjan opciones centradas fuertes, lo que le abre espacio a una figura como Uribe Londoño que busca capitalizar no solo la indignación, sino también el legado simbólico de su apellido y su historia familiar.
Una candidatura que dinamiza la campaña uribista
Con su ingreso, el Centro Democrático suma un punto narrativo potente: la propuesta de un relevo simbólico, el dolor convertido en propósito político. Uribe Londoño competirá con otros precandidatos de peso como María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Andrés Guerra, entre otros. El partido realizará una consulta interna para definir su candidato oficial hacia diciembre o enero, y su nombre ya es uno de los más resonantes.
Conclusión
La candidatura de Miguel Uribe Londoño representa una convergencia entre dolor, memoria y estrategia política. No es solo la entrada de un nuevo nombre en la carrera electoral, sino la reivindicación del legado de un joven líder asesinado y un llamado a transformar el luto en acción. El camino hacia 2026 está abierto y su figura será, sin duda, un actor clave en la contienda por la Casa de Nariño.








