En una noche cargada de dramatismo en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, México Sub-20 logró rescatar un empate 2-2 ante Brasil en su primer compromiso del Mundial U-20. Fue un partido que tuvo de todo: ventaja, reacción, momentos de tensión y una sensación final de alivio para la escuadra tricolor.

Cómo se desarrolló el partido

Desde el pitazo inicial, Brasil tomó la iniciativa en posesión y profundidad, intentando someter desde las bandas y con transiciones rápidas. México respondió con orden, transiciones verticales y presión alta en ciertos pasajes.

Brasil abrió el marcador temprano gracias a Rafael Barbosa Coutinho, que aprovechó una jugada ofensiva para poner el 1-0. México no tardó en responder: Alexei Domínguez igualó el encuentro con una definición limpia en el área.

En el segundo tiempo, Brasil volvió a adelantarse con un gol de Luighi al minuto 76. Parecía que los latinoamericanos se llevarían la victoria. Pero México no se rindió: en el minuto 86, Diego Ochoa anotó el 2-2, empatando el marcador y desatando festejos en el banquillo y en la grada.

Momentos clave y jugadas destacadas

• México tuvo momentos de dominio y generó peligro con laterales y presión alta, especialmente en los últimos minutos cuando buscaba el empate.
• Brasil mostró calidad, control de balón y llegadas peligrosas, pero le faltó precisión para cerrar el partido.
• El gol del empate tricolor fue producto de una jugada colectiva bien trabajada y determinación ante la adversidad.
• El estadio vivió picos de emoción cuando México intensificó su ofensiva, especialmente en los minutos finales, buscando la remontada.

Impacto del resultado

Este empate tiene valor doble para México Sub-20:

1. Inicio digno en el grupo
   Empatar ante un rival fuerte como Brasil da confianza y demuestra que México puede competir de tú a tú en el torneo juvenil.
2. Moral elevada
   Regresar desde abajo hasta el empate muestra carácter y madurez para un grupo joven. Esa resiliencia puede ser clave para avanzar.
3. Posicionamiento en la tabla
   En el Grupo C, ese punto puede ser decisivo. Jugar con la presión de obtener resultados en los próximos partidos será clave.

Lo que sigue para México

México deberá mantener ese nivel de entrega y mejorar en momentos defensivos para aspirar a clasificar. Al enfrentar rivales del grupo, será esencial capitalizar errores del rival y asegurar resultados en casa o como visitante. El espíritu mostrado frente a Brasil puede servir como base para lo que esté por venir.