
La polémica comenzó cuando el chef Javier García, propietario del restaurante Mesa Criolla en Xalapa, Veracruz, publicó un video donde contrastaba un esquite callejero de $30 pesos con una versión gourmet servida en su establecimiento a $230 pesos. En la grabación, el chef no sólo presentaba ambas versiones sino que hablaba de las “diferencias de técnica, producto y valor” que justificaban esta brecha de precio. El problema: muchos usuarios interpretaron el mensaje como una burla hacia la comida popular y un menosprecio a la cultura gastronómica mexicana.
¿Qué pasó exactamente?
Según el video que se volvió viral, Javier García mostró primero el esquite de $30 pesos, diciéndo que tenía “ingredientes básicos” y que cualquier persona podía replicarlo en la calle. Luego presentó su versión de $230 pesos, decorada con aceite trufado, espuma de elote y caviar de maíz. Su conclusión: el valor agregado justificaba el precio elevado. Fue en ese momento cuando la audiencia estalló: el contraste no fue visto como una muestra de técnica, sino como una división elitista entre la calle y la alta cocina.
La reacción en redes
Las respuestas no se hicieron esperar: hashtags como #RespetoAlEsquite y #ComidaPopular valieron para expresar el rechazo. Usuarios recordaron que el esquite callejero alimenta a miles de mexicanos cada día y que equiparar la comida de la calle con “menor valor” ofende tradiciones.
El vídeo comenzó a circular en Instagram, Twitter y TikTok, acumulando miles de comentarios, capturas de pantalla y críticas que apuntaban a una actitud clasista del chef.
¿Por qué generó tanta controversia?
- El precio desorbitado: $230 pesos por un esquite fue visto como un exceso, especialmente en un país donde muchas familias consumen comida de calle diaria.
- La comparación implícita: Mostrar los dos productos uno al lado del otro y enfatizar la diferencia de valor parece haber sentado como “menosprecio” al esquite tradicional.
- La sensibilidad cultural: La comida popular mexicana es símbolo de identidad. Cualquier insinuación de que “lo de calle” es inferior puede generar fuerte rechazo.
- La viralidad instantánea: Gracias a las redes sociales, el video se amplificó en minutos y se convirtió en trending topic durante varias horas.
Implicaciones para Mesa Criolla y el chef
El restaurante Mesa Criolla ahora enfrenta una situación de crisis reputacional. Algunos comensales cancelaron reservas, otros usaron plataformas como Google o TripAdvisor para expresar su inconformidad.
Para el chef García, esto supone una llamada de atención: más allá de sus habilidades culinarias, su comunicación y posicionamiento ante el público requieren ser revisados.
En el mundo gastronómico contemporáneo, donde la autenticidad y el respeto cultural importan tanto como la técnica, un paso en falso puede costar caro.
¿Cuál es la enseñanza?
- La gastronomía no sólo se evalúa por sabor o presentación, sino también por contexto y valores que transmite.
- Cuando se trabaja con platos populares, hay que tener en cuenta su carga cultural y social.
- Comparar sin cuidado puede convertirse en una oportunidad perdida, tanto para la imagen pública como para el negocio.
- Finalmente, el público exige cada vez mayor coherencia entre lo que se sirve y lo que se comunica.
Conclusión
La polémica generada por la comparación entre un esquite de $30 pesos y otro de $230 pesos demuestra que la cocina va más allá del paladar. En este caso, la brecha social, la comunicación y la percepción pública se mezclaron en un cóctel difícil de digerir.
El chef Javier García quiso mostrar diferencia de técnica; terminó señalando una división que muchos no querían ver. Y aunque la alta cocina tiene su lugar —y su precio—, es importante recordar que la comida de calle también merece respeto. Porque, al final, todas las recetas cuentan una historia.