
Salvatierra, Guanajuato — La tranquilidad de una tarde fue brutalmente interrumpida cuando un hombre conocido como “Don Nico”, vendedor de helados local, fue atacado a balazos mientras hacía una transmisión en vivo para denunciar los enormes baches de la carretera en la comunidad de Urireo. Lo que comenzó como un acto pacífico de denuncia ciudadana terminó en un episodio de violencia que hoy sacude a la población y a las autoridades.
¿Quién era “Don Nico” y qué hacía?
El hombre se identificaba en redes sociales como José Guadalupe N., y operaba bajo la marca Helados Nico. En la página Helados Nico realizaba transmisiones en vivo para mostrar el deterioro de la carretera local, señalando los tramos más afectados, los riesgos para conductores y peatones, y pidiendo que las autoridades intervinieran para reparar el tramo dañado. Su denuncia no era reciente: en varias ocasiones había hablado con la comunidad sobre organizar acciones para exigir mantenimiento.
Durante la transmisión del día del ataque, “Don Nico” llevaba más de 40 minutos mostrando cómo los vehículos sorteaban los hoyos gigantes, mencionando zonas que podrían requerir excavación y exhortando a los vecinos a exigir acción. Mientras hablaba, bajaba la cámara para indicar lugares específicos, y decía frases como “a mí me gustaría que nos apoyaran”, evidenciando su propósito social.
El ataque: audio, video y horror
La agresión ocurrió cuando dos individuos en motocicleta roja se acercaron al lugar. El copiloto descendió el arma y disparó al menos cinco veces sin detenerse. El ataque fue captado en tiempo real: el video siguió funcionando, el sonido quedó abierto, y los espectadores escucharon todo —desde el ruido de los disparos hasta el agonizante pedido de auxilio.
Al caer herido, “Don Nico” gritó:
“Ya me mataron, corazón, cuida a mis niños… te amo… estoy tirado… me estoy muriendo…”
Su voz quebraba mientras pedía auxilio, mencionaba a su familia, suplicaba por ayuda. Minutos después vecinos llegaron, se escuchan pasos, se ve movimiento y se oye que alguien intenta auxiliarlo. Él es llevado al hospital con al menos tres impactos de bala, en pierna y glúteo. Su estado fue reportado como grave, en code red, lo que implica riesgo de muerte inmediato.
Hasta el momento, no ha podido rendir declaración debido a su condición médica. La Fiscalía General del Estado ya abrió una carpeta de investigación con varias líneas abiertas sobre el ataque.
Reacciones y responsabilidades exigidas
El gobierno municipal de Salvatierra, encabezado por el alcalde José Daniel Sámano, condenó el acto y pidió a la Fiscalía acelerar las investigaciones para capturar a los responsables materiales. En el comunicado se dijo que este tipo de violencia “atenta contra la tranquilidad de las comunidades”.
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum lamentó lo ocurrido y prometió reactivar el programa nacional de reparación de carreteras —el “Bachetón”— para responder a denuncias como la de “Don Nico”. También pidió que este caso no quede impune.
La indignación se extendió en redes sociales. Usuarios acusaron omisiones de autoridades locales, exigieron justicia y advirtieron que casos como este exigen protección real a quienes alzan la voz por lo público.
Lo que falta por esclarecer
- Identidad plena de los agresores: quiénes manejaban la motocicleta, por qué eligieron atacar justo durante la transmisión.
- Motivo específico del homicidio: ¿Fue un ataque directo a su activismo local? ¿Una represalia por denunciar el abandono vial?
- Si existía historial previo de amenazas contra “Don Nico” por denunciar los baches.
- Si el ataque tiene relación con grupos de poder local o con redes políticas.
- Qué medidas tomará la Fiscalía para ofrecer protección a testigos y garantizar acceso seguro al sistema de justicia.
Reflexión: el riesgo de denunciar
El caso de “Don Nico” no es aislado: muchos ciudadanos que usan redes y medios digitales para denunciar corrupciones locales, fallas de servicios públicos o injusticias se enfrentan al peligro físico. En este episodio, la cámara no protegió al denunciante; al contrario, capturó el momento del ataque brutal.
Su voz quedó en público precisamente cuando más vulnerable estaba. Que esto ocurra en una zona rural de Guanajuato —un estado con altos índices de violencia— recalca cuán frágil es la justicia y cuán grande es el valor de expresarse.
Conclusión
La agresión contra “Don Nico”, mientras denunciaba baches en vivo, es un acto que revuelve el tejido social: denuncia, muerte y exigencia de justicia. Aún hoy, el vendedor de helados lucha por sobrevivir. Sus palabras finales resonaron como un grito de dolor y de urgencia social.
Este ataque debe marcar un antes y un después: no puede quedar como un simple acto violento más. La sociedad, las autoridades y los medios tienen la responsabilidad de exigir que haya castigo, protección para quienes denuncian y cambios reales en las carreteras y la seguridad de comunidades como Urireo.








